miércoles, 19 de octubre de 2016

CRÁTERA ÁTICA: LLEGADA DE TESEO A ATENAS

Nos encontramos frente a una crátera, utensilio de cerámica griega empleada como servicio de mesa para mezclar el vino con el agua, sobre la que aparecen pinturas rojas sobre fondo negro. Aspecto que nos lleva a la Grecia Clásica del siglo V a.C. o posteriores.

Dentro de esas pinturas podemos ver, de izquierda a derecha, a mujer vestida con un peplo (prenda femenina griega suelta, amplia y sin mangas, ceñido a la cintura) con una diadema sobre su cabeza, que sostiene en sus manos un lekythos (especie de jarra para rituales) y una fuente. En primer plano, de frente a ella, un hombre barbado, sentado sobre a una silla sin respaldo, con el torso desnudo y las piernas cubiertas con una túnica que descubre, sin embargo, sus zapatos, apoyados sobre una especie de estrado; en una de sus manos sostiene un largo bastón rematado con una gaviota en la zona superior y, con la mano derecha, saluda a otro hombre, joven, desnudo e imberbe, con una túnica corta sobre sus hombros, portando una lanza en la mano izquierda y una espada colgada del hombro. Detrás de este, en segundo plano, un caballo al que sostiene mediante una cuerda que parte de la misma mano con la que sostiene la lanza.


En la crátera podemos reconocer fácilmente a los dos protagonistas de la escena: Teseo, siempre representado desnudo, imberbe, a veces con túnica corta, y siempre con sus atributos principales, la espada y las sandalias (estas apenas se distinguen en este ejemplo debido a que están ocultas tras la lanza y el estrado) que recogió tras levantar la piedra bajo la cual su padre, Egeo, las había escondido con el fin de que cuando su hijo fuese capaz de levantarla, fuese mandado por su madre Etra a la corte ateniense. Egeo, rey de Atenas, es el otro gran personaje del tema que, portando el cetro con la gaviota (icono interpretado como símbolo que le representa debido a su suicido en el mar que hoy lleva su nombre tras recibir la falsa noticia, como descuido de su hijo tras matar al Minotauro, que puso las velas de su nave negras en señal de duelo cuando tuvo que haberlas puesto blancas pues había conseguido regresar a casa) recibe en su trono al aún joven Teseo al cual, a pesar de llevar los atributos que había mandado a Etra que portase, no lo reconoce. Sin embargo, la esposa de Egeo, Medea, representada tras el rey, con el típico peplo y con la diadema, símbolo de poder, ofreciendo comida y bebida al recién llegado, sí reconoce al hijo de su marido y, temiendo perder su poder, le encargará dar caza al Toro de Maratón. Al no conseguirlo, en el banquete celebrado tras sacrificar victoriosamente al animal, lo intentará envenenar, siéndole en vano debido a que Egeo descubre la personalidad de su hijo al descubrir su espada, detiene a su mujere y la expulsa de su reino.

El contexto histórico de esta obra es el siglo V a.C., en pleno Periodo Clásico, durante el gobierno de Pericles, gobernador de Atenas, quien instaura la democracia como forma de gobierno en su ciudad y quien consiguió restaurar la Acrópolis ateniense con los fondos recaudados de la Liga de Delos formada tras la victoria helena en las Guerras Médicas contra los persas. Atenas es la polis hegemónica de todo el territorio griego durante su gobierno, su momento de mayor esplendor; y esto también se va a ver reflejado en el Arte: se construye las obras del Partenón y el Erecteion de manos del gran artista del siglo V a.C., Fidias; la escultura toma un gran avance con la creación del canon por parte de Policleto; y la cerámica ática evoluciona de las antiguas figuras negras sobre fondo rojo cerámico del siglo VI a.C. a las figuras rojas sobre fondo negro.


Podemos deducir que esta crátera ateniense, que actualmente se encuentra en el British Museum de Londres, fue un elemento de exaltación del poder de Atenas en su momento de mayor apogeo, y como elemento de propaganda de la ciudad representando a su héroe más conocido y más alabado. Recordemos que Pericles lleva a Atenas a su mejor época, Atenas se convierte en la ciudad-estado de referencia de todo el mundo helenístico y, en especial, de la Liga de Delos. Este tipo de artesanía, comerciada en toda la zona del Egeo, representa la superioridad y el liderazgo de los áticos frente al resto y, muy concretamente, frente a sus rivales griegos más directos, los espartanos. Teseo es el héroe por excelencia de Atenas, y por ello guarda similitudes en su representación con el Semidiós más famoso de toda la Hélade, Heracles (el Hércules romano) por lo que quieren hacer ver a través de él lo mencionado anteriormente, la clara superioridad política, económica, religiosa y cultural de la ciudad de la que fue, sin duda alguna, el rey más venerado.


DETALLE DE LA CRÁTERA QUE REPRESENTA LA LLEGADA DE TESEO A ATENAS




David Sánchez Serrano (URJC – Historia y Turismo).

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