martes, 14 de junio de 2016

LOS CUATRO DICTADORES

En la obra se puede observar un políptico formado por 4 lienzos que han sido pintados al óleo a través de un estilo claramente figurativo y lineal, donde los colores son planos y llamativos, careciendo casi de gradación, además de perspectiva, de unidad, y de juego de luces. En cada lienzo aparece pintado un torso humano abierto, es decir, pintando sus aparatos biológicos internos como pueden ser vísceras, huesos y músculos; todos ellos poseen además una característica en común, sus cabezas no aparecen representadas como tal, sino que son sustituidas por un vacío con un pequeño dibujo propio negro en su interior.

EDUARDO ARROYO: LOS CUATRO DICTADORES

En primer lugar, en el primer lienzo comenzando por la izquierda, aparece representado dicho torso sobre un fondo en el que se alternan los colores rojo y amarillo. En la representación de la figura humana aparece en primer lugar, el espacio vacío de la cabeza con una representación negra de una multitud de personas alzando sus puños; bajo ellos, en la zona del cuello se representa una chaqueta verde con un emblema rojo en el cuello. De entre los diferentes aparatos humanos representados, como la estructura ósea y el aparato digestivo; en la zona del corazón aparecen un hombre de pelo largo, con barba y una corona, a su lado, un perro. Además, entre la zona equivalente al intestino delgado, aparece representada un arma que contiene un símbolo en forma de cruz esvástica.
En el segundo lienzo, el torso se representa sobre un fondo que alterna entre los colores rojo, blanco y verde. Con respecto a la figura humana, en el espacio blanco de su cabeza se representan dos figuras separadas: una coronada con capa y manto, y la otra con una corona, con vestimenta en la que aparece representada una cruz, y un báculo. Sobre la zona superior del tronco aparece representada una chaqueta de color verde, así como en la zona de las extremidades inferiores una masa de color de la misma tonalidad. Entre las vísceras y huesos, en la zona del pecho derecho se representa un ave pintada de negro. Y, por último, en la zona inferior, ligada a la zona intestinal, a modo de cinturón, se representan cartuchos de bala.
En el tercer lienzo, sobre un fondo rojo aparecen tres barras de blanco y negro que tienen a cruzarse detrás del espacio de la cabeza donde se representan dos líneas sobre las que aparecen cruces en forma de “x” y, bajo ellas, restos de un esqueleto bajo una raya en forma de media elipse. Bajo dicho espacio en forma de ovoide, en un triángulo blanco aparecen representados un cuerpo masculino y otro femenino desnudos. Como detalle, sobre el músculo de su brazo derecho aparece representada una cinta negra con un círculo blanco sobre el que aparece inscrito “SS”.
Finalmente, en el último lienzo se puede distinguir un fondo en dos colores separados a la mitad verticalmente, a la izquierda verde y a la derecha rojo, en cuya esquina superior aparece cruzada de un tramo negro de manera diagonal. Sobre el fondo, el torso humano abierto: en el espacio del cráneo aparecen representadas dos cabezas clavadas a través de un palo en el suelo y, bajo ellas, un esqueleto cubierto de trazos negros en forma horizontal. Bajo su cabeza, una chaqueta y corbata negras sobre camisa blanca; en su pecho derecho, la representación de un hombre coronado de laurel y, bajo este, una estampa de un hombre de atuendos blancos y un corazón rojo coronado con una cruz.

Los Cuatro Dictadores de Eduardo Arroyo, es una obra realizada en 1963 para la Exposición del III Bienal de París de Arte Moderno donde se cuestionan, a través del arte contemporáneo, los valores establecidos por el arte en general.
En las décadas de 1950 y1960, la España de Franco comienza a ser reconocida por las potencias occidentales debido a que al Franquismo se le consideraba un amigo fiel frente al Comunismo de la URSS durante la Guerra Fría. España se abre, entonces, al mundo de nuevo: regresan las embajadas en 1950, se firman los Pactos de Madrid con EEUU, Eisenhower visita España, se ingresa en la ONU en 1955 y en el FMI en 1957; y se independizan Marruecos y Guinea Ecuatorial.
Dentro de las corrientes culturales de esta época, destaca el Informalismo en España en la época dictatorial, donde el arte es fiel a las bases franquistas. Mientras tanto, en el exterior una nueva corriente de Arte Pop creada por Andy Warhol en EEUU comienza a tener éxito: contornos claros y remarcados, fuerte y llamativo colorido, y ausencia de mensaje; además, destacan otras corrientes como el Minimalismo, donde se tiende a reducir a lo esencial de una idea, y el Arte Conceptual, basado en el mensaje.
Eduardo Arroyo, un madrileño exiliado en Francia durante la posguerra, influenciado principalmente por Picasso y miró, recoge ahora las teorías del Por Art estadounidense y la Nueva Figuración para representar obras donde va a tratar la temática española actual, vista desde su versión política antifranquista, mediante un tono irónico y crítico.
En esta obra, Arroyo caricaturiza a Franco, Mussolini, Hitler y Salazar, los cuatro dictadores principales establecidos en Europa durante el siglo XX. Franco, sobre los colores de la bandera española, viene representado con motivos religiosos como el Cristo que lleva en su corazón, militares como son la indumentaria y el emblema o el rifle que asoma de su zona intestinal, y políticos, pues en su cabeza se representa a un grupo de manifestantes. Mussolini, sobre los colores de la bandera italiana, porta en su pecho derecho una representación del águila imperial fascista y en su cabeza aparecen representadas la monarquía y la Iglesia Católica; su ideario militar lo representan las balas que aparecen a modo de cinturón bajo sus intestinos, y la vestimenta militar similar a la de Franco. Hitler, sobre la bandera Nazi, porta el símbolo militarista de las SS en su brazo, así como una red de alambres empleada en la II Guerra Mundial sobre un esqueleto enterrado; destacan en su caja torácica dos figuras humanas (masculina y femenina), desnudas mostrando sus rasgos arios. Por último, Salazar, sobre la bandera portuguesa, lleva en su pecho la imagen del César laureado y, bajo éste, el Sagrado Corazón y la imagen de la máxima autoridad católica, el Papa.

Eduardo Arroyo representó esta obra para el tercer Bienal de París de 1963, una de las exposiciones de arte contemporáneo más relevantes del momento, donde se cuestionan las bases artísticas de la época. Reivindica a través de ella quién es Franco y al nivel de qué otros dictadores estuvo: un general que mediante un golpe de Estado, por la fuerza militar (como se ve en su indumentaria militar y el arma representados), se impuso frente a la voluntad democrática de un país que hoy se encuentra callado por el temor a la represión pero descontento con la figura de un dictador (manifestantes que aparecen en la zona equivalente a la cabeza) que carece de ideas morales y de cualquier pensamiento con valores humanitarios (su cabeza, como la de cualquier dictador, carece de cerebro representado), y que basa su régimen en el Totalitarismo y el Catolicismo (Jesús representado en el corazón de la figura).

A través de ella, muestra a esa sociedad de una manera atractiva, caricaturizada e irónica, un mensaje claramente político dirigido, principalmente, a las potencias occidentales que han reconocido al Régimen Franquista y lo han tomado como aliado frente al Comunismo de la URSS durante la Guerra Fría. Transmite que ese aperturismo y Desarrollismo del Estado Franquista mostrado en la última década con la independencia de dos colonias, la apertura de embajadas en Madrid y las visitas de presidentes extranjeros, así como la entrada en organizaciones internacionales no son más que una máscara que viste la figura del dictador, que en su interior (cuerpo humano abierto) se encuentra su verdadera faz.

David Sánchez Serrano (URJC - Historia y Turismo).

1 comentario:

  1. Muchas gracias Esther, se irán añadiendo comentarios conforme a obras que me llamen la atención o que me pidan los alumnos y espectadores del blog.

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